Nueva concepción, dramaturgia y coreografía de Massimiliano Volpini
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Notas de dirección
No es Navidad sin El Cascanueces, pero, ya sabes, no es solo Navidad donde brilla la luz. La reinterpretación de los clásicos más clásicos, concebida por el coreógrafo, invierte el escenario original del primer acto, reemplazando la enorme casa burguesa en celebración por el camino de una periferia imaginaria metropolitana: aquí, habitantes sin hogar y rebeldes sin suerte viven como comunidades de invisibles, adaptándose a las penurias de la vida cotidiana y al derroche de la ciudad. Un imponente muro separa dos capas de la sociedad, cerrando física e idealmente una porción de la humanidad en un rincón separado y oculto de la vida. No hay títeres ni soldados, solo un príncipe, el fugitivo, y su amada: los dos jóvenes temerarios intentarán dar un gran salto sobre la pared y se enfrentarán a bandas de hombres oscuros, vigilantes de los tumultos revolucionarios. La tradicional «batalla de ratones» se convertirá en un sangriento enfrentamiento callejero cuyo resultado será la huida del fugitivo y la seguridad de Clara. A través de la valiente transición a otra dimensión – el viaje imaginario de Clara es todo lo que ocurre en la cabeza de la joven un momento antes de decidir si seguir o no a su héroe a lugares desconocidos – la pareja aventurera comenzará una nueva vida, no Hermosa e imaginativa como la que se imaginó, pero aún confiando en el futuro. El segundo acto cuelga configuraciones y personajes de la tradición, en un viaje a través de bailes mundiales y personajes extraños, un encanto que, por un momento, borrará las pesadillas grises de una vida en la sombra. Sin embargo, la magia no durará para siempre y al final Clara, mientras realmente intenta escapar de ese lugar, volverá a observar el muro de su encarcelamiento con la conciencia de una liberación imposible: en el otro lado, lo invisible continuará viviendo, extraños a su nuevo mundo como piezas perdidas de una humanidad no resuelta. ¿Pero qué representa realmente la festividad en el mundo contemporáneo? Volpini quería imaginarlo como una Pandora de los tiempos modernos, sorprendida de descubrir un gran jarrón de verdad. Sorpresa. Este es precisamente el efecto que el vidrio, plástico, madera, papel y cartón, materiales muy preciosos recuperados y reutilizados gracias al reciclaje creativo –dando vida a los trajes y el escenario de este original Cascanueces del Balletto di Roma. El paso hacia una reflexión sobre el tema ecológico es corto, un contexto que ahora se percibe como una necesidad real de autodescubrimiento.
Es a través de un proceso lúdico y natural que El Cascanueces revela piezas de lienzo, cartón, plástico y cualquier otra cosa que esté disponible para la imaginación, inventando nuevos mundos y dimensiones que quiten a estos objetos del riesgo de convertirse en un simple «desperdicio». El Cascanueces de Volpini es un estímulo ecológico para reflexionar también sobre la condición de las personas-rechazo, sobre la pérdida de la identidad social y sobre las mil caras de nuestro «ser»; si nos rendimos a la idea de que esta entidad es única e inmutable, de hecho, corremos el riesgo de «enfermarnos» de aburrimiento, insatisfacción y apatía. Este trabajo sugiere que en todos nosotros siempre podemos esconder una agradable sorpresa y que es importante cultivar los sueños guardados en el fondo de los cajones, ya que podrían convertirse en proyectos maravillosos de nuevas vidas.
Credits
Nueva concepción, dramaturgia y coreografía de
Massimiliano Volpini
Música
Pëtr Il’ič Čajkovskij
Escenas y disfraces de
Erika Carretta
Light designer
Emanuele De Maria